La Crónica de Benavente

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lunes, marzo 13, 2006

Artículo de opinión

PREGUNTAS
Por José Ignacio Martín Benito

Las Diputaciones Provinciales surgieron en el siglo XIX como corporación que aglutinaba a diversos representantes de los ayuntamientos, extraídos de entre los diversos partidos judiciales.
En nuestro ordenamiento democrático, la provincia es una entidad local con personalidad jurídica propia, determinada por la agrupación de municipios. A cada partido judicial le corresponde la elección de un determinado número de representantes o diputados. Una vez elegidos, éstos nombran de entre ellos al Presidente de la Diputación.
Entre las funciones encomendadas a las Diputaciones Provinciales está el gobierno y la administración autónoma de las provincias (artículo 141 de la Constitución). En nuestro, caso, la Diputación de Zamora atiende a más de 200 municipios.
Y aquí surgen las preguntas: Si el Presidente de la Diputación de Zamora representa a toda la provincia, ¿cómo es que, después de casi tres años de su elección, no ha cursado todavía visita al ayuntamiento de la segunda ciudad de la provincia, esto es, a Benavente?. Que sepamos ha estado en el de Zamora –del que es concejal- ; en el de Toro, varias veces..., en Camarzana... y en tantos otros. Pero, lo repetimos, todavía no ha visitado el ayuntamiento de Benavente. Y oportunidades ha tenido.
¿Por qué no lo ha hecho? ¿cual es la razón? ¿Escucha también el señor presidente Martínez Maíllo sólo a Wagner? ¿Teme el presidente zamorano al alcalde benaventano? ¿O también ha perdido la referencia institucional?

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