La Crónica de Benavente

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jueves, octubre 15, 2009

Crónica de Barataria (4)

DE CONTENEDORES Y "AMIGUITOS DEL ALMA"
Por Fray Junípero Pimentel

Hemos sabido que mientras crece la población de avutardas en la estepa, en Barataria están las chapuzas como el pan nuestro de cada día. De ellas, liberanos domini.
Viene esto al caso, porque habiendo salido del monasterio para dar una vuelta por el antiguo Ferial, me tropiezo y casi me doy de bruces contra el suelo, por culpa de unas obras que allí se estaban realizando. Indagando, he venido a saber que el consistorio ha vaciado parte de la calzada, para después volverla a cubrir. El resultado, varios hoyos abiertos y vueltos a tapar en menos que cantan una docena de gallos.
Al parecer, la causa está en unas obras de soterramiento de contenedores. Pero mira tú por donde, los operarios comenzaron la faena sin brújula ni planos y ¡claro!, así no hay mortal que pueda llevar a feliz término una obra, por pequeña que esta sea, si encima aparecen a salir cables, tuberías, desagües y elementos mil que hay bajo la tierra.
Ya sabemos que el Guadiana aparece y desaparece en Villarrubia de los Ojos, pero sabemos que cuando aún no se le ve, el río sigue ahí. De la misma manera, los responsables municipales deberían haber sabido que cuando se comienza una obra que afecta al subsuelo, pueden encontrarse con lo que está debajo.
Las obras de los contenedores del Ferial suena a monumental chapuza y a descoordinación entre los regidores; una más a las que últimamente nos tienen acostumbrados desde el Consistorio baratárico.

* * *
Mientras en Valencia están mirando la luna, con o sin bigotes de por medio, el cronista se pregunta si aquí, en Barataria, habrá también o habrá habido amiguitos del alma. Y es que el cariño puede ser tan fuerte que se puede "querer un guevo". La amistad, amasada a golpe de los años, puede llegar a establecer unos vínculos tan enmarañados que hasta más de uno se dejaría cortar el cuello antes que traicionar a los suyos. No siempre ocurre así y, a veces, cuando una de las partes amenaza con poner fin a la relación por la vía de la tragedia, hay cierta resistencia por parte de la víctima.
De momento, al único que le han “cortado la cabeza” ha sido a Ricardo Costa, que ha aparecido en toda la historia de la “Gürtel” valenciana como el “cabeza de turco”. Se resistió Costa, sí, pero sólo fue un amago, pues finalmente desde el gofo de Génova se ordenó el cortafuegos, que acató Valencia.
Uno cree que esto no es más que un punto y seguido y que el Levante le va a levantar más de un “dolor de cabeza” al galaico Rajoy. De momento, ya sopla también la tramuntana desde Baleares.

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