La Crónica de Benavente

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lunes, junio 26, 2006

Se presentaron una treintena de trabajos

FALLADO EL CERTAMEN “CUENTOS PEREGRINOS”
Los galardones se entregaron en Pobladura del Valle como colofón de la andadura jacobea
Redacción
Una treintena de trabajos, en su mayoría de España, pero también de Italia, Francia y Portugal se presentaron al I Certamen “Cuentos peregrinos”, convocado por la Fundación “Ramos de Castro” para Estudio y Promoción del Hombre y los ayuntamientos del Valle (Villabrázaro, San Román, Paladinos, La Torre y Pobladura), en la provincia de Zamora.
El fallo se dio a conocer ayer al final de la jornada de la andadura jacobea que reunió a cerca de medio millar de personas desde Villabrázaro hasta Pobladura del Valle. El jurado, integrado por varios catedráticos de Lengua y Literatura Española, actuando como presidente, el que lo es de la Fundación, Alfonso Ramos de Castro y como secretario el que lo es del Ayuntamiento de Villabrázaro, decidió otorgar los galardones a los trabajos bajo el título: “El moro bueno; “El viaje del magistral” y “Caminos de encuentro”. Las plicas fueron abiertas pasadas las 15,00 horas de ayer domingo, en presencia de todos los asistentes a las jornadas, en la plaza mayor de Pobladura.
Los premiados fueron: Primer premio: “El moro bueno”, de Dalmiro Gavilán Santos; segundo premio: “El viaje del magistral”, de José Ignacio Martín Benito y tercer premio “Caminos de encuentro” de Francisco Artacho Antúnez. Todos ellos recibieron como trofeo un miliario de bronce, con la leyenda “Vía de la Plata” y un cheque por valor de 2.000, 1.000 y 200 euros, respectivamente.
El viaje del magistral
Baltasar de Zúñiga es maestreescuela de la santa iglesia catedral de Astorga. En 1550 inicia una visita al sur del obispado asturicense, por las tierras de Riba de Tera y por el valle del Órbigo, donde le suceden diversas peripecias, en especial una, que le dejará marcado para el resto de su vida.

Foto: Abraham Haim, profesor de la Universidad de Tel Aviv entrega el segundo premio del Certamen "Cuentos peregrinos" a José Ignacio Martín Benito. Abajo, Dalmiro Gavilán (derecha) y José I. Martín Benito (izquierda), con los miliarios del premio.

domingo, junio 04, 2006

Crónicas mallorquinas (II)

Cirios, capirotes y estandartes
por José I. Martín Benito


En el cruce de las calles de Corderia y de la Boiseria, los viajeros se encuentran con la procesión. Son las nueve y media de la noche de un lunes santo balear. A escasos treinta metros está el edificio modernista de Casayas.
Hasta hace poco más de hora y media la calle bullía y las tiendas se iluminaban de una luz alógena, blanca y potente. Sin embargo, ahora sólo la luz amarillenta de las farolas acompaña a los transeúntes.
Previamente entraron a cenar en un restaurante, plagado de recuerdos italianos y una bellísimas fotografías en blanco y negro que captaban momentos congelados de Roma y Florencia, Fellini y Sofía Loren, entre otras. Por un momento evocaron las ruinas y los gatos del foro y un suspiro de nostalgia les invadió.
Pero ahora están aquí, en la noche palmeña, cuando la ciudad camina ordenadamente tras las imágenes de vírgenes y cristos. En algunas calles del recorrido de la procesión hay esparcida una capa de arena muy fina, como si se quisiera marcar la estela o la senda para que no se pierda el sacro desfile, que hace una hora salió de Santa Clara y de San Francisco. Ignoran los viajeros el motivo de aquello, toda vez que, como advertirán, en el cortejo no hay ni toros ni caballos –que estos se quedaron en Menorca y en Ciudadela-; lo que sí hay, son dos filas largas e interminables de cirios y caperuzas. Pero en fin, aquí no se despilfarra nada, ni siquiera la arena fina del Mediterráneo.
La procesión no difiere mucho de otros desfiles semanasanteros. Un cofrade reparte caramelos entre los niños y las jóvenes muchachas, mientras suenan los tambores y la banda de cornetas marca el paso.
Los viajeros asisten a un desfile de cofradías, cuyo nombre anotan meticulosamente para luego poder recordar y servir de alimento a estas crónicas.
La cofradía de los cartujos, que data de 1938, viste de blanco. Los viajeros se preguntan si entre aquellos rostros, ocultos unos, descubiertos otros, no estará errante el espíritu de San Bruno, pero no, se conoce que este se quedó en Miraflores o aprisonado en alguno de los lienzos de Zurbarán. Los cartujos de hoy llevan de la mano un farol negro, lo que contrasta con el alba blanca de su túnica y su oscuro capirote.
Del blanco al granate. De los faroles a los cirios. Ahora desfila la cofradía de Jesús Nazareno, de la parroquia de la Santa Fe, mientras van llegando curiosos a los flancos; la procesión les ha pillado de sorpresa. La mayor parte de ellos miran, se paran en la acera, observan, comentan y, poco después, siguen su camino.
Tras el blanco cartujano y el granate nazareno, llega ahora el verde de la Juventud Antoniniana, cuyos componentes se cubren con caperuza roja. Todo un muestrario de color y de telas en la noche mallorquina. El portaestandarte levanta la enseña con orgullo, en la que puede leerse que la sociedad fue fundada en Palma en 1928. Los viajeros reparan en la profana forma del emblema de la hermandad, que les recuerda al de un club de fútbol hispalense.
En la cofradía de Simón Cirineo dos muchachos escoltan el estandarte. Hay algo de paramilitar en ellos. Será por las boinas caladas y caídas, cual brigada paracaidista. Hasta los uniformes de los cornetas y tambores y el ademán impasible de quienes los llevan tienen espíritu marcial. Y es que Palma y España entera son un desfile permanente. Cualquier pretexto es bueno para lanzarse a la calle y hacer alardes, ya sea en fiestas civiles o religiosas. La cruz y la espada se dan la mano en la milicia.
Todavía tienen tiempo los viajeros de ver el paso de la Santa Faz. Los hermanos llevan el icono en el pecho, con un Cristo de cuencas vacías, como si le hubieran arrancado los ojos para no ver.
Con ojos o sin ellos, los viajeros, por su parte, deciden que ya han visto bastante y convienen en retirarse, en el momento que pasa la Cruzada del Amor Divino. Lo profano les espera.


Fotos: Diversos momentos de la procesión del Lunes santo en Palma de Mallorca.

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